Obra teatral “La Consagración”
En Plaza El Llano y “La Cava” fue presentada la pieza de teatro que va de lo disperso a la bendición espiritual de la vida.
Era la inauguración del Almacencito “La Gloria” pero no todo estaba listo. Por eso, “La Tetas” salió en busca de los invitados. Ahí se fueron armando las mesas vistiéndolas con manteles. Los espectadores se sentaron incluso con San Miguelinos a quienes no conocían. Fueron servidos el pan, el pebre y el vino.
Una manera diferente de vivir el teatro. Cada personaje tenía una historia profunda que compartir pero no estaban sobre una tarima; estaban rodeados de sus espectadores que vivieron incluso una competencia de quien comía más sopaipillas en dos mesas cercanas.
Para el espectador Diego Cid, de 25 años, la propuesta actoral y escenográfica tiene un significado no menor. Aseguró que “el poner a todos en el mismo suelo y al mismo nivel, aterriza a los actores, lleva a que el público se sienta parte de lo que está sucediendo; las acciones, el hecho que está pasando alrededor de uno es como que de verdad estuviese sucediendo”.
Sandra Vera, de 51 años, estaba en una mesa muy participativa. Aseguró que “la oba me fue llevando por muchas emociones. Primero me reí mucho y al final terminé llorando. No pensé que venía a eso, todo lo que se iba presentando era para mí una sorpresa”.
Según afirmó María Eugenia Sánchez Núñez, esposa del Alcalde de San Miguel Luis Sanhueza Bravo, la obra “era dispersa al comienzo pero, en el fondo, deja un mensaje que da para pensar: reunirse en torno a algo muy simple, a una inauguración, y el compartir pan, un poco de vino; lo importante era eso, compartir y expresarse”.
Rosalía fue la encargada de lograr esa expresión. Ella atiende con sutileza y agrado a los invitados y “cuando logra encontrar su amor puede liberarse y hacia el final puede llevar a toda una unión y a un encuentro espiritual único entre actores y asistentes”: Así habló de las características de su personaje la actriz Bárbara Bodelón, de 26 años.
Con una copa de vino alzada y servida en un vaso sencillo, los espectadores fueron invitados a compartir un brindis diciendo en voz alta el nombre de la persona con quien quisieran compartir el brebaje o recordar a alguien especial en sus vidas.
Carolina Vera Hernández
Encargada de Comunicaciones