Una Feria digna de recordar
Fueron tres días dedicados a la literatura. La Primera Feria del Libro Autogestionado y Autoeditado de San Miguel marcó el inicio de nuevas relaciones entre los expositores y la participación activa de la comunidad en torno a un panorama cultural.
Martina Castillo tiene 10 años. Estaba feliz. Se llevó a casa el libro «Franko: Fábulas de la Última Tierra» pues le pareció «muy creativo porque, por ejemplo, decía que habían elefantes más grandes que la Cordillera de Los Andes, dinosaurios que eran más chicos que una hormiga. A mi encanta este tipo de historietas porque me concentro mucho más con imágenes para saber dónde es el ambiente». La atesorada adquisición la hizo en el stand de la Editorial Cafuné donde Ángel Bernier, uno de los autores, explicó que «son las aventuras de un niño león en el Desierto de Atacama del Futuro».
Los libros para niños suscitaron bastante la atención, como por ejemplo «los cuentos escritos en décimas y los de historia también», aseguró Camila Cornejo Sierra de Editorial Lom. Los primeros quedaron en la mente de Cristina González, pensando en su hijo Félix que tiene tan sólo 4 meses. La madre dijo que «todavía estoy autoconvenciéndome de comprar uno que vi que tiene textura, que hace ruidos y tiene ilustraciones».
Los expositores, en general, agradecieron la oportunidad de poder generar interacciones con gente nueva. Así, por ejemplo, lo piensa Isabel Henríquez, monitora de los talleres de literatura de la Corporación Municipal de San Miguel «Letras en el Llano». Lo más interesante dijo fue «conocer a muchos que están haciendo lo mismo que nosotros». Así lo piensa, también, el escritor Adolfo Solís quien sostuvo que lo mejor fue «el compartir redes. Hay gente que no conocía y ha sido de verdad un gusto hablar de la auotgestión»· Igualmente, es la oportunidad lo que agradeció Eduardo Farías de Gramaje Ediciones, el «mostrar los libros en una comuna a la cual no había venido y compartir con un público distinto». Más aún lo piensa Leonardo Padilla escritor de «Viejo Zorro», libro de bolsillo que fue lanzado durante la Feria. Valora que este haya sido «mi primer contacto con la gente en el aspecto literario. Sea cual sea la expresión artística, uno quiere una conexión con el otro y qué mejor que en una feria». A Juan Carlos Cortés de Editorial Abducción le gustaron las frecuentes preguntas de quienes asistieron al evento cultural en materia de ciencia ficción.
El acercamiento con la gente es para mí más importante que las ventas, aseguró Juan Pablo Acevedo, “es una suerte de trascendencia en un ecosistema que tal vez te va a servir mucho más mañana, no necesariamente ahora”.
La propuesta de Pepe Durán es la historia. Su libro “Generación Rebelde”, son fotografías de los años ’80. Él pretende “dejar un legado para la gente joven, para que sepa lo que ha acontecido desde los años ’70 hasta esta fecha”.
Lo de Adrián Aravena, de Editorial Sherezade, son los microcuentos, una labor difícil aseguró, pues se trata de relatos que no superan las 250 palabras y deben incluir imágenes, historias, personajes y desenlace.
También el formato es lo que destacó de su trabajo poético Jasmín Fauaz de la Editorial Loquita Cartonera. “Es un rescate de la caligrafía manual con encuadernaciones de varios tipos de puntos. No son tradicionales”, contó. Entre ellos destacan, dice, “los libritos origámicos porque los papeles que ocupo son pintados a mano con distintas técnicas, por lo tanto, el color llama mucho la atención”.
De la realidad que le tocó vivir escribió Rodrigo Sandoval, autor independiente. Su libro “Cajero 4144” refiere a sus propias experiencias como trabajador de una caseta de peaje interurbano en Tocornal. Son 32 historias entre las cuales se puede leer hasta del ingenio del chileno. Eso, porque una vez le pagaron con un melón porque según el conductor no tenía dinero para el ticket. Pero no todo es divertido. Recuerda que la gente es agresiva con el primero que ve, por eso mira su texto como la posibilidad de “que no todo puede ser una desgracia y también da para pensar en cómo nos compartamos cada día”.
Los Comics acapararon gran parte de la atención, descubrió Carlos Ferdón de la Editorial Visuales. Es el creador de Serapio, una viñeta publicada en el Diario La Hora. Para él, “el humor gráfico desentona un poco con la literatura, con la poesía, con los cuentos porque hacemos algo más visual pero hay alta atención”. Esta corriente apreció Sebastián Peña, asistente a la Feria por “el humor negro, pero para todas las edades, muy buenas ediciones y los chistes”, aseguró.
De literatura erótica también se comentó porque captó lectores masculinos y femeninos de todas las edades. El libro poético “Delirios de la Razón” de Cyinthia Iribarra “es una poesía sensual con lo más íntimo del erotismo femenino”, comentó Jorge Retamal de Ediciones A 89.
Jeanette Yubano ya está forjando un avance luego de lanzar su libro “Espíritu de Tierra” en “La Cava” de la Corporación Municipal de San Miguel. Comentó la escritora San Miguelina que “ese fue el inicio de un proceso de difusión, de desarrollo, con la acogida de muchos entes culturales; de conocer escritores que han comentado mi libro y les ha gustado”.
Hasta Libros de Mentira tuvieron su espacio. Esa es la editorial que representaba Luis Cruz. El nombre se debe a que junto a compañeros de Universidad comenzaron haciendo libros digitales. Ahora que sí publican en papel relató que “de los cuentos chilenos el que más se ha vendido es ‘Morir de Amor’, una novela del primer amor pero desde una perspectiva de un chico homosexual”. Este sentimiento por un compañero de colegio acompañará protagonista hasta que es anciano.
La representante de la Sociedad de Escritores de Chile, que unifica a más de tres mil 600 escritores chilenos a lo largo de todo el país, destacó “la preocupación y la acogida que ha tenido la Comuna. No es una Feria que está como en una isla por la posibilidad de que aquí hay un flujo constante de gente y eso es porque está muy bien ubicada”.
Por dos razones estuvo presente Gonzalo Geraldo de la Editorial Independiente Desbordes. Una era la descentralización porque lo considera un primer paso para que las editoriales se muestren en comunas que no sean las tradicionales. La segunda era “la ocupación de espacios públicos que en Chile se han ido privatizando y esta es una oportunidad para volver a utilizarlos y que adquieran su verdadero valor”, aseguró.
Esa era una de las ideas, además de «la instancia de invitar a la comunidad porque están presentes los escritores, y esa es una cercanía hacia nosotros», aseguró Yalile Venegas. Dijo, además, «que siempre hay que apoyar al autor chileno y a editoriales que se autogestionan». Es que, finalmente, la idea era abrir las puertas, tal como lo entendió Mónica Huerta, asegurando que «nos encanta el baño de cultura que se está teniendo actualmente en la Comuna».
Emilio Navarrete de la Editorial Biblioteca de Chilenia asegura que “no esperaba nada bueno ni nada malo, simplemente nos entregamos a la vida y la Feria ha sido un gran abrazo”.
Carolina Vera Hernández
Encargada de Comunicaciones
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