Curso de «Gestión Cultural» en «La Cava»

PORFÍA Y AMOR POR LA CULTURA

Ha recorrido el mundo compartiendo sus conocimientos. Es autor de varios libros. Su tema es la cultura y es experto en cómo gestionarla y como lograr que sea implementada. Por eso, Roberto Guerra Veas es un Gestor Cultural. Su proyecto más cercano es el de ser el profesor del curso de «Gestión Cultural» que será impartido en la Corporación Municipal de San Miguel, por iniciativa de la Dirección de Cultura.

La Gestión Cultural aún no es una profesión en Chile, pero está en desarrollo. En el continente ya lo tiene hace más de dos décadas.

«La Gestión Cultural es una nueva profesión; una disciplina que tiene que ver con un campo académico, un campo laboral; una práctica social». Así define Guerra a su ámbito de trabajo, que le llena el espíritu.

Se espera que un gestor cultural maneje competencias imprescindibles. Según Roberto Guerra, éstas son «una gran comprensión del sector cultural, de sus actores, de sus conceptos, de la identidad, de la memoria, para poder realizar el proceso con éxito», acota.

Afirma, además, que «tiene que ver con competencias técnicas que refieren a diseñar planes de acción, poner en movimiento recursos, los tiempos, los espacios, la infraestructura, la articulación de redes de trabajo y, por supuesto, la planificación estratégica a asuntos más trascendentales que tienen que ver con gestionar los sentidos».

Todavía está en trámite, pero el proyecto que crea el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio debería concretarse, como ley, el año en curso. Esto significará que los gestores culturales deberán tener «un rol muy activo y, en ese sentido, en el curso vamos a abordar herramientas para el trabajo de gestiones culturales en lo local: en los municipios…una de las cosas que vamos a ver es el diseño de proyectos culturales», asegura Guerra y dice, que «dentro de las herramientas estarán, por supuesto, el trabajo en redes y el diseño de planes de trabajo para la gestión; herramientas básicas que definen el diseño de proyectos culturales».

Algo importante que suele darse en estos cursos es que «la gente se muestre, se reconozca, intercambie experiencias, intercambie dudas, intercambie lo que está haciendo. Eso ya es un tremendo hecho en sí mismo», argumenta.

El entrevistado define las características de un gestor cultural que trabaje en el campo comunitario, afirmando que «debe tener, ante todo, un agrado por lo que está haciendo; una gran convicción de que su actividad debiera contribuir a movilizar energías creativas de su comunidad; posibilitar que la comunidad participe, que sea protagonista».

Además reflexiona en la necesaria capacidad de liderazgo; la porfía y el amor. «Porfía, porque el escenario es complejo, hay que saber leerlo y, mucho amor, porque se requiere creer en lo que se está haciendo».

 

Carolina Vera Hernández.
Encargada de Comunicaciones.